jueves, 13 de marzo de 2008

Algo de lo que se dijo ante las elecciones generales del pasado 9 de marzo


El próximo día 9 de marzo se celebrarán elecciones generales. Utilizando ingentes recursos económicos públicos, desigualmente repartidos, singulares leyes y tribunales electorales, debates bipartidistas en prime-time para empaparnos de una supuesta “confrontación”, y en todos los formatos tecnológicos posibles, se busca, como cada cuatro años, y con cada vez mayor necesidad, legitimar un sistema político que no es otra cosa que la continuación reformada de la dictadura militar, consagrada en la “Constitución” de 1978, que instaura la forma de estado decidida por el dictador (y coronada por la persona designada por el mismo), niega derechos democráticos básicos, coloca al ejército como vigilante de la negación del derecho de autodeterminación de los pueblos, mantiene los privilegios de la Iglesia Católica y ataca los derechos de los trabajadores.
Con este marco impuesto a la soberanía popular, no estamos, desde luego, ante unas elecciones democráticas, sino ante la nueva pantomima organizada por la oligarquía para perpetuar su situación de dominio.
En este último proceso electoral hemos visto como todo ello se ha puesto de manifiesto. Los dos partidos mayoritarios, que escenifican una confrontación virulenta, están de acuerdo en las cuestiones de fondo, de modelo de sociedad, y en las formas de representación política, las únicas posibles en la “democracia” capitalista. Las pocas medidas progresistas que ha tomado el PSOE en los últimos cuatro años (la ley de matrimonio homosexual, la retirada de las tropas de Irak) no han sido fruto de su presunta condición “de izquierdas”, sino de la situación de gran movilización popular que coincidió con su llegada al Gobierno, y la necesidad impuesta por parte de su electorado de distanciarse de la derecha reaccionaria recién derrotada. En todo lo demás ha seguido (con la aquiescencia y colaboración de IU, que ha dejado de tener un proyecto autónomo del PSOE, y del sindicalismo domesticado de UGT-CCOO) las mismas líneas maestras que había prefijado el gobierno de Aznar. Ha mantenido las tropas en Afganistán y ha enviado otra misión “pacificadora” al Líbano, ha protagonizado la enésima reforma laboral que universaliza el despido prácticamente gratuito, ha mantenido las reformas educativas del PP, que fueron muy contestadas (LOU), las políticas privatizadoras de servicios públicos, la regresión fiscal, etc. Mientras tanto, la situación económica empeora, viéndose principalmente afectados los sectores más desfavorecidos de la población. Cada día suben los precios, se estancan los salarios, la precariedad y los asesinatos laborales continúan, la vivienda es más inaccesible y las familias están cada vez más endeudadas. En todo ello, pese a la apariencia mediática, ambos partidos están esencialmente de acuerdo.
Además, la Ley de Partidos, las ilegalizaciones asociadas, el montaje mediático y la represión creciente, provocan que opciones políticas respaldadas por parte de la población no estén “permitidas” y se criminalicen las ideas y los proyectos políticos que no se circunscriben al marco de la constitución monárquica, el de su democracia, revelando el carácter esencialmente antidemocrático del sistema, que va más allá de que gobierne un partido u otro. PP y PSOE aprobaron juntos esta ley y gobernando uno u otro han mantenido una represión sistemática contra todos aquellos que ejercen públicamente la disidencia política con el régimen.
Frente a todo ello se constata la ausencia de un referente político unitario en la izquierda real, que se enfrente al sistema y defienda los derechos de l@s trabajador@s, de las mujeres, de l@s inmigrantes (PP y PSOE sólo se diferencian en los ritmos y las formas de la exclusión de los derechos de este colectivo), etc. El día 9 de marzo mucha gente que se reclama de izquierdas, optará por la abstención o por el voto a los partidos minoritarios que defienden con honestidad una política de oposición al régimen. Ambas opciones son igualmente legítimas, pero creemos que no serán determinantes para llevar a cabo los cambios políticos necesarios para garantizar los derechos y los intereses de la mayoría de la población. Es necesario trabajar en la construcción de ese referente, que aglutine a todo el movimiento de izquierdas. Este proceso será lento y pasará por muchas dificultades, pero es imperativo empezarlo ya, mejor hoy que mañana. La prioridad es la lucha, la formación de un bloque social amplio que derribe el régimen actual y, desde la soberanía popular y las mayorías, construya un auténtico sistema de participación democrático.
Experiencias como el naciente proceso de constitución de un Frente de Izquierdas en Madrid pueden ser un embrión de ello, pero hay que seguir trabajando en la confluencia de todas las fuerzas de la izquierda real.
El 10 de marzo, nos vemos en las calles.
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A propósito de la cacería de elefantes de S.M. el rey (14 abril 2012)

Entre la monarquía, la banca y la iglesia católica los españoles estamos arruinados tanto moralmente como materialmente. Vergüenza ajena por un rey que, bajo un muy engañoso y falso manto de cordialidad y capechanismo, oculta o disimula su naturaleza de alimaña rastrera y cobarde que desprecia tanto a nobles e indefensos animales como los problemas de sus súbditos (!) y a sus súbditos mismos...
Todo ello con la complicidad de gobiernos y partidos apoltronados en sus parlamentarios escaños... y con la Constitución del 78 como referente y medida universal, metida con calzador para mayor gloria del sangriento genocida que le nombró sucesor a título de rey.
La encrucijada situación de desmoronamiento moral y político del pais ya no da más de sí; Se impone la recuperación de la legalidad republicana. Así pues el establecimiento de un régimen realmente democrático que se lleve lejos a tanto mamoncillo impresentable.

Salud y República YA !
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(Cont.) ...Y no se para el Rey a pensar que, con el aumento de la conciencia ecológica en el mundo, el respeto por la biosfera, el debate sobre los derechos de los animales, la protección de especies amenazadas, etc, su comportamiento abatiendo seres indefensos, sean osos o elefantes, por mera diversión, será sin duda legal, más o menos oportuno desde el punto de vista político pero, desde luego, resulta inmoral y hace falta ser insensible para no darse cuenta.

Ramón Cotarelo
Catedrático de Ciencias Políticas
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